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Märchen von einem, der auszog das Fürchten zu
lernen (Juan Sinmiedo)
Der Junge
bekam auch Lust und fragte:"Hört
ihr, kann ich mit sein?"
"Ja, wenn du Geld hast."
"Geld genug", antwortete er, "aber
eure Kugeln sind nicht recht rund." Da
nahm er die Totenköpfe, setzte sie in
die Drehbank und drehte sie rund.
"So, jetzt werden sie besser schüppeln",
sprach er, "heida ! nun geht's lustig."
Er spielte mit und verlor etwas von seinem
Geld, als es aber zwölf schlug, war alles
vor seinen Augen verschwunden.
Er legte sich nieder und schlief ruhig ein.
Am andern Morgen kam der König und wollte
sich erkundigen. "Wie ist dir's diesmal
gegangen?", fragte er.
"Ich habe gekegelt", antwortete
er, "und ein paar Heller verloren."
"Hat's dir denn nicht gegruselt ?"
"Ei was", sprach er, "lustig
hab ich mich gemacht. Wenn ich nur wüßte,
was Gruseln wäre!"
Al muchacho
le entraron ganas de participar en el juego
y les preguntó: -¡Hola!, ¿puedo
jugar yo también? -Sí, si tienes
dinero.
-Dinero bastnte -respondió él-.
Pero vustros bolos no son bien redondos. Y,
cogiendo las calaveras, las puso en el torno
y las modeló debidamente.
-Ahora rodarán mejor -dijo-. ¡Así
da gusto!
Jugó y perdió un poco de su
dineo; pero al dar las doce, todo desapareció
de su vista.
Se tendió y durmió tranquilamente.
A la mañana siguiente se presentó
de nuevo el rey, curioso por saber lo ocurrido.
-¿Cómo lo has pasado esta vez?
-le preguntó. -Estuve jugando a los
bolos y perdí unas cuantas monedas.
-¿Y no sentiste miedo?
-¡Qué va! -dijo -. Me he reído
mucho. ¡Ah, si pudiese saber lo que
es el miedo.