Da ging
der Junge zu dem Galgen, setzte sich darunter
und wartete, bis der Abend kam. Und weil
ihn fror, machte er sich ein Feuer an. Aber
um Mitternacht ging der Wind so kalt, daß
es trotz des Feuers nicht warm werden wollte.
Und als der Wind die Gehenkten gegeneinander
stieß, daß sie sich hin und
her bewegten, so dachte er: Du frierst unten
bei dem Feuer, was mögen die da oben
erst frieren und zappeln. Und weil er mitleidig
war, legte er die Leiter an, stieg hinauf,
knüpfte einen nach dem andern los,
und holte sie alle sieben herab. Darauf
schürte er das Feuer, blies es an und
setzte sie ringsherum, daß sie sich
wärmen sollten. Aber sie saßen
da und regten sich nicht, und das Feuer
ergriff ihre Kleider. Da sprach er:"Nehmt
euch in acht, sonst häng' ich euch
wieder hinauf."
Y se encaminó
al patíbulo, donde esperó, sentado,
la llegada de la noche. Ya que pasaba el frío,
encendió fuego. Pero a medianoche empezó
a soplar un viento tan helado, que ni la hoguera
le servía de gran cosa. Y como el viento
hacía chocar entre sí los ahorcados,
pensó el mozo:«Tú estás
pasando frío, aquí abajo, junto
al fuego, ¡cómo deben pasarlo
esos que se agitan ahí arriba!».
Y como era compasivo de natural, colocó
la escalera, subió y desató
los cadáveres, uno tras otro, y bajó
los siete al suelo. Luego hurgoneó
y sopló el fuego para avivarlo, y dispuso
los cuerpos en torno al fuego para que se
calentasen. Pero lpermanecían inmóviles,
y las llamas prendieron en sus ropas. Al verlo,
el muchacho dijo -tened cuidado, si no, os
volveré a colgar.